Tres días, dos noches, un sol, un mar, cientos de luces de bengalas... una puesta de sol contigo. Qué más para ser un preludio perfecto de un año que nadie sabe qué trae pero sí que es lindo sentir que la bienvenida a este es la más cercana a lo perfecto.
Un espacio para cuatro que llenamos dos, un abrazo perfecto y dos pedidos iguales... de no dejarnos jamás. Una lágrima de saber que el "siempre" está casi prohibido aquí, entonces optamos por un "nunca". Que nunca te vayas, que nunca te deje, que nunca nos olvidemos... que nunca olvidemos que nuestro lugar está aquí, entre nuestros brazos.
Que lo más rico del mundo es dormir contigo... y cuando el frío te ataca te protejo... y cuando el frío me ataca me abrigas, despertar de madrugada para volverte a tapar, darte un beso y volver a dormir... tus murmullos mientras lo hago... tu nariz en mi cara... un " te amo" y volver a dormir sonriendo.

Qué importa el resto, el sol volvería a salir al día siguiente para jugar con tu pelo y tus ojos... y también volvería ponerse para volver a dormir juntas otra vez. Hacer de este placer un vicio y dormir más de doce horas sólo por tenernos más cerquita... por abrazarnos un poco más. Hoy no quiero escribir más, solo quiero volver a la cama, despertar soñolienta, tenerte a mi lado para darte un beso y volver a abrazarte para soñar una vez más.

Me cuidaste, me abrazaste, me curaste, me hiciste dormir, me alimentaste, me amaste... te abrigué, te besé, te ayudé, te hice masaje, te abracé,te amé... te escribí.

Feliz segundo año nuevo; lo inicio un poco inquieta, con ganas de ti y de tu risa...